Fondo
Ayudas
El Fondo Anne Frank destina los ingresos procedentes de la concesión de derechos y licencias a causas benéficas y de interés general, así como a causas educativas en todo el mundo. Su Consejo decide sobre las solicitudes.
La política de ayudas del Fondo Anne Frank se guía tanto por el testamento y las disposiciones de última voluntad de Otto Frank como por el espíritu de los escritos de Anne Frank.
Se apoyan ante todo proyectos en los siguientes ámbitos:
Concientización contra el racismo, el antisemitismo, la discriminación, los prejuicios y la violencia
Fortalecimiento de los derechos humanos, en particular de los derechos de las mujeres y los niños
Educación de niños y jóvenes
Diálogo entre culturas, etnias y religiones
Promoción de la paz
Ayuda a refugiados
Sobrevivientes del Holocausto
Por regla general, los proyectos fuera de Suiza solo pueden ser apoyados por recomendación de instituciones suizas (ONGs, fundaciones, asociaciones, etc.) inscritas en el registro comercial y reconocidas como organizaciones sin ánimo de lucro o, en casos excepcionales, por recomendación de particulares de confianza del Fondo Anne Frank. Estas instituciones y personas deben conocer bien el proyecto y estar dispuestos a presentar en nombre propio la solicitud del proyecto extranjero garantizando su adecuada implementación.
Para el apoyo de proyectos en Israel, el Fondo Anne Frank trabaja en cooperación con el New Israel Fund (NIF). En Israel solo se apoyan proyectos que se correspondan con los fines del NIF. El objetivo central de todas las actividades del NIF es el fomento de la igualdad y la democracia para todos los ciudadanos y los habitantes de Israel.
El NIF revisa en nombre del Fondo Anne Frank todas las solicitudes provenientes de Israel. Por tanto, las solicitudes de donaciones para proyectos en Israel deben enviarse a la siguiente dirección de correo electrónico: israel@annefrank.ch
La decisión sobre el otorgamiento de ayudas suele comunicarse por escrito en un plazo de ocho a diez semanas desde la recepción de la solicitud.
Una selección representativa de los proyectos apoyados por el Fondo Anne Frank:
El Centro Educativo Leo Baeck de Haifa fue fundado en 1938. Siguiendo los principios humanistas del judaísmo progresista, el centro ofrece clases, opciones deportivas y otros programas educativos a más de 2000 alumnas y alumnos desde el nivel preescolar al secundario.
Sadaka Reut es una organización árabe-judía de Jaffa que aboga por la transformación social y política mediante el apoyo de la cooperación binacional entre jóvenes y estudiantes universitarios judíos y palestinos.
«Shalom, Salam»: así resuena en el pueblo de Neve Shalom – Wahat al-Salam desde hace casi cuarenta años. En un mundo repleto de violencia y terror, en esta aldea conviven judíos, palestinos, musulmanes y cristianos.
Givat Haviva fue fundado en 1949 como centro de formación continua del movimiento kibutziano Artzi. En Israel, es la institución más antigua y una de las más importantes que trabaja por la reconciliación entre árabes y judíos.
El Peace Kindergarten, fundado por la Jerusalem Foundation, se encuentra ubicado en el corazón de la ciudad de Jerusalén, en el edificio de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), y a él asisten niñas y niños judíos, árabes y cristianos.
Fundada originalmente en 1951 para niños sobrevivientes del Holocausto, en el transcurso de las últimas décadas la aldea infantil se ha convertido en un lugar para niños y jóvenes traumatizados y socialmente vulnerables.
Los proyectos en las ciudades rumanas de Cluj y Arad, así como en la metrópoli india de Mumbai, ofrecen a los niños y jóvenes perspectivas de futuro para evitar que vivan en las calles.
La fundación The Warriors of Hope de Zúrich apoya a niños de la calle en Rumania e India.
ROKPA concede enorme importancia a ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas. La educación permite a las personas desamparadas escapar de la trampa de la pobreza y protegerse de la explotación y el abuso. A través de proyectos de educación y formación, ROKPA prepara a niños y adultos vulnerables para una vida de autodeterminación.
La asociación ROPKA está comprometida con los huérfanos del Tíbet y Nepal.
La misión de la asociación Norbuling, de Suiza, es dar un buen comienzo en la vida a aquellos niños y niñas de Nepal cuyas propias familias no pueden asumir esta tarea por diversas razones, como la pobreza, la muerte o las catástrofes naturales.
La educación es la piedra basal para ayudar a las personas a ayudarse a sí mismas, y es así lo que les permite llevar una vida autónoma. La educación no se puede vender, robar ni perder. Quien sepa leer y escribir tiene más oportunidades de defenderse y defender sus derechos y, por lo tanto, de tomar las riendas de su vida. El apoyo ofrecido se concentra sobre todo en niñas, niños y mujeres, para quienes la vida en India supone un desafío especial.
Nevandra fomenta la educación de niñas en la India.
Esta es una organización aconfesional y políticamente independiente que se ocupa de las causas y consecuencias del nacionalsocialismo y sus crímenes. Desde 1992, jóvenes voluntarios son enviados a países donde los nazis y sus cómplices cometieron crímenes o donde hoy viven supervivientes de aquella maquinaria de muerte atroz. Durante su servicio de un año, los voluntarios acompañan a jóvenes, cuidan de ancianos o trabajan en archivos y museos. Desde 2016, en consonancia con la ley de servicio voluntario, el programa está abierto a la participación por igual de mujeres y hombres.
Proyectos educativos para escuelas.
El Museo Judío de Sudáfrica en Ciudad del Cabo.
Anne Frank / Yad Vashem medical found for the righteous
En 1987, el Fondo Anne Frank de Basilea tomó contacto con Yad Vashem, el Centro Mundial de Conmemoración de la Shoá.
En reconocimiento de la heroica ayuda que seis «Justos de las Naciones» habían prestado a la familia Frank y a las demás personas escondidas en la «Casa de atrás» de la calle Prinsengraacht, en Ámsterdam, el Fondo Anne Frank se propuso destinar recursos para asistir a aquellos Justos que estuvieran en situación de necesidad. Estos «Justos de las Naciones» –título que concede Yad Vashem tras una minuciosa evaluación– son personas no judías que durante la Segunda Guerra Mundial arriesgaron sus vidas, desinteresadamente y sin compensación económica, para ayudar a los judíos.
En 1987, el Fondo Anne Frank se puso en contacto con Yad Vashem y, tras largas conversaciones, las organizaciones acordaron crear un fondo para prestar ayuda médica a los Justos en situación de necesidad. La asistencia se centró fundamentalmente en las personas más vulnerables que vivían en países del antiguo bloque del Este.
El Fondo proporcionaba recursos y medicamentos que, o bien no estaban disponibles en esos países en ese momento, o bien lo estaban a precios que no permitían a los afectados adquirirlos localmente con los recursos, a menudo limitados, de que disponían.
Era un procedimiento sencillo que resultó ser muy eficaz. Los Justos necesitados de ayuda enviaban sus recetas médicas a Yad Vashem o directamente al Fondo Anne Frank de Basilea y adjuntaban una copia del certificado que habían recibido de Yad Vashem reconociéndolos como «Justos de las Naciones». Una farmacia de Basilea tramitaba las recetas y enviaba los medicamentos solicitados directamente a los beneficiarios. Además de medicamentos, se otorgaban gafas, tensiómetros y audífonos.
En todos los años transcurridos desde 1987, el mayor número de solicitudes procedió de Polonia. Polonia es de hecho el país donde, al día de hoy, se registra el mayor número de «Justos de las Naciones». A lo largo de los años, también se prestó ayuda a personas de Albania, Lituania, Ucrania, Eslovaquia, Rumania, Croacia y la República Checa.
En un principio, el Fondo de ayuda médica se financiaba íntegramente con recursos del Fondo Anne Frank. Sin embargo, a medida que empezaron a recibirse más y más solicitudes, se buscaron otras formas de obtener recursos financieros. Fue así como, a lo largo de los años, se recibieron generosas contribuciones de diversos benefactores. El más generoso fue el difunto Dr. Alfred Bader, de Milwaukee (EE.UU.). Cabe mencionar que la primera organización judía que reconoció la necesidad de ayudar a los «Justos» fue la Liga Antidifamación (ADL) de B'nai B'rith, en Nueva York. Posteriormente, la ADL fundó el Fondo Judío para los Justos (JFR), financiado a su vez por la Conferencia de Reclamaciones. El JFR era una organización por demás eficiente y bien gestionada con la que trabajamos durante muchos años y que también contribuyó generosamente con el Fondo de ayuda médica Anne Frank.
Juntas, nuestras dos organizaciones han sido las únicas entidades judías que han prestado apoyo regular a los «Justos de las Naciones» en Europa Oriental durante los últimos 30 años. Para poner esto en contexto, vale la pena reflexionar sobre una cita de Elie Wiesel:
«Lo que nos sorprendió después de la agonía, después del tormento, no fue que tantos asesinos mataran a tantas víctimas, sino que tan pocos se preocuparan por nosotros».
Los «Justos» que vivían en Europa Occidental por lo general recibían ayuda de sus respectivos sistemas nacionales de pensiones, o bien directamente de los judíos a quienes habían salvado y/o de organizaciones judías. Oskar Schindler es el ejemplo más conocido. En los países del bloque del Este, la situación era todo un desafío. El contacto directo con los «Justos» resultaba mucho más difícil. Además, debido al antisemitismo, algunos «Justos» no querían que se hiciera pública su participación durante la Shoá.
Yad Vashem había asumido la tarea de verificar e identificar a los candidatos a la certificación como «Justos de las Naciones». Sin embargo, la organización no disponía de medios financieros para prestar una ayuda eficaz.
En el transcurso de 2024, el Fondo de ayuda médica Anne Frank se disolvió tras 36 años de apoyo. En retrospectiva, realmente sorprende que no haya habido más organizaciones asistiendo a los «Justos» necesitados durante todo este tiempo.
Mientras que en 1988 se hicieron unas primeras 16 entregas por valor de 14 000 francos suizos a 11 Justos en Polonia, en 1994 fueron ya 171 entregas por valor de 41 000 francos suizos a 80 Justos. En 2003, el año en que más ayuda se prestó, se realizaron 332 entregas por un total de 160 000 francos suizos a 149 Justos.
En total, se realizaron 4345 entregas por valor de 2 millones de francos suizos en los 36 años de existencia del Fondo de ayuda médica.
Para concluir, cabe recordar las palabras del difunto historiador Sir Martin Gilbert en honor de los Justos:
«Para marcar la diferencia, se necesita coraje e imaginación a raudales. Sólo nos queda esperar que, si alguna vez somos puestos a prueba, reunamos el coraje y la imaginación para seguir el ejemplo de quienes trajeron un rayo de luz a la oscuridad del Holocausto».