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En 1963, Otto Frank fundó el Fondo Anne Frank (Anne Frank Fonds) como fundación suiza, la única que creó en nombre de su hija. Designó a esta fundación su única heredera, legándole por testamento todos los derechos de autor de Anne y Otto Frank. La misión de la fundación es, entre otras, ser el representante del legado y de la familia y hacer accesible al público el Diario y las demás obras de Anne Frank. Todos los ingresos procedentes de los derechos de autor de las obras de Anne Frank se destinan a proyectos educativos o benéficos. El Fondo Anne Frank representa los derechos de personalidad de la familia Frank y, junto con los miembros supervivientes de la familia, vela por una familia que fue casi totalmente exterminada durante la Shoá.

No, no sin la autorización del Fondo Anne Frank. Antes de utilizar o adaptar los textos, debe obtenerse el derecho de uso. Las consultas sobre estos derechos pueden dirigirse por escrito al Fondo Anne Frank (info@annefrank.ch). El Fondo Anne Frank otorga licencias en todo el mundo y apoya en particular el uso de los textos con fines educativos.

Originariamente, los derechos sobre los textos originales pertenecían a su autora, la propia Anne Frank. Se han publicado dos versiones del Diario como libro de lectura: una en 1947, editada por Otto Frank, y otra en 1991, editada por Mirjam Pressler. Estas publicaciones son adaptaciones de Otto Frank y Mirjam Pressler, respectivamente. Ambas obras están protegidas y el titular de estos derechos de autor es el Fondo Anne Frank.

No. No debe suponerse que los derechos de autor del Diario de Anne Frank vayan a expirar en un futuro próximo ni que cualquiera pueda utilizar los textos y publicar el Diario sin autorización del Fondo Anne Frank.

La respuesta a esta pregunta varía de un país a otro. Como la legislación en materia de propiedad intelectual se determina a nivel nacional, cada país tiene sus propias normas en cuanto al plazo de protección.
 

Es importante señalar que, en la mayoría de los países, la norma general sobre el periodo de protección, que suele ser la vida del autor (en este caso, de Anne Frank) más 50 o 70 años a partir de su muerte, no se aplica al Diario de Anne Frank. Dada la compleja historia de la reconstrucción de las versiones originales y las versiones impresas del Diario, en este caso se aplican excepciones a la regla general.
 

Incluso dentro de Europa, donde se ha adoptado como directiva una legislación a nivel europeo que busca armonizar el plazo de protección de los derechos de autor en todo el continente, siguen existiendo diferencias. Esto se debe a que la directiva exige específicamente a los países europeos que mantengan cualquier plazo de protección vigente que se extienda más allá del plazo general prescrito en la directiva.
 

En consecuencia, en España, por ejemplo, donde se aplica al Diario un plazo de protección más largo que el prescrito por la directiva, el plazo más largo sigue siendo aplicable.
 

Además, en muchos países tanto dentro de la Unión Europea como fuera de ella, se estipuló que, para las obras publicadas por primera vez a título póstumo, el plazo de protección de 50 años se cuente recién a partir de la fecha de la primera publicación. Como los escritos originales de Anne Frank se publicaron por primera vez hacia fines de los años ochenta, seguirán protegidos durante muchas décadas.
 

En los Estados Unidos, el plazo de protección de las obras publicadas por primera vez entre los años veinte y los años setenta se calcula de forma muy diferente: simplemente están protegidas durante 95 años a partir de la fecha de su primera publicación. Como el diario se publicó por primera vez en los Estados Unidos en la década de 1950, seguirá protegido allí hasta la década de 2040.
 

La versión impresa del Diario fue compilada por Otto Frank poco después de la Segunda Guerra Mundial. Lo hizo superponiendo las dos versiones que Anne Frank había dejado incompletas. En todos los países en los que el Fondo Anne Frank hizo consultas al respecto, los expertos confirmaron que Otto Frank tiene sus propios derechos de autor sobre la compilación, que durarán al menos otros 50 o, en muchos países, 70 años a partir de su muerte en 1980. Lo mismo ocurre con la autora Mirjam Pressler fallecida en 2019; los derechos que le corresponden tienen vigencia durante aún más tiempo.
 

En síntesis, los escritos originales de Anne Frank, así como las versiones originales impresas, seguirán estando protegidos durante muchas décadas.

Como sucede en el caso de Otto Frank y Mirjam Pressler con respecto a sus respectivas ediciones, los traductores tienen sus propios derechos sobre sus traducciones. Dependiendo del país, los derechos de las traducciones expiran 50 o 70 años después de la muerte del traductor o traductora. En la mayoría de los países, las versiones impresas son traducciones de la versión de Mirjam Pressler de 1991. Muchas de las traductoras y traductores siguen con vida y los derechos de las traducciones en cuestión durarán al menos 50 años y, en algunos países, 70 años a partir de su muerte.

Todos los derechos de autor de Anne y Otto Frank fueron transferidos al Fondo Anne Frank de Basilea en 1980, tras la muerte de Otto Frank. Los derechos de los textos originales, de las adaptaciones de Otto Frank y Mirjam Pressler y de otras adaptaciones son propiedad del Fondo Anne Frank. En el caso de las traducciones, el Fondo Anne Frank comparte los derechos con un gran número de editoriales.

El Fondo Anne Frank es una fundación sujeta a la legislación y supervisión suizas. El Consejo actúa a título honorario y algunos de sus colaboradores y asesores jurídicos también trabajan ad honorem en interés de un bien público. El Fondo Anne Frank dispone de una pequeña oficina con tres empleados a tiempo parcial y, por lo general, no participa en los costos de los proyectos, que están a cargo de editoriales y de, por ejemplo, productoras de cine y televisión. En el caso de los proyectos educativos, el Fondo Anne Frank se implica en función de los objetivos de la fundación. El objetivo y la finalidad del Fondo Anne Frank es difundir el Diario como base de una labor educativa de acuerdo al espíritu de su fundador. Protegiendo activamente los derechos de autor, el Fondo Anne Frank garantiza la utilización auténtica, con respeto e integridad, de la obra de Anne Frank. Todos los ingresos de estas actividades se destinan a fines caritativos y educativos y a los gastos administrativos de la fundación. Desde la década de 1980, en que circularon acusaciones sobre la falta de autenticidad del diario, el Fondo Anne Frank ha intensificado sus esfuerzos para proteger el diario. Aunque esas acusaciones fueron refutadas por la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania, aún persisten en la actualidad.

Otto Frank encomendó al Fondo Anne Frank la tarea de velar por que los beneficios de los derechos de autor de la familia Frank, incluidos los de Anne y los de Otto mismo, se destinasen a obras de caridad, buenas causas y proyectos educativos en todo el mundo. Además, el Fondo Anne Frank tiene la tarea de salvaguardar el legado y la memoria de la familia Frank, así como la autenticidad de los escritos de Anne Frank que se utilizan en otras obras. El Fondo Anne Frank seguirá cumpliendo los deseos de Otto Frank formulados entre los objetivos de la fundación. Si es necesario, el Fondo Anne Frank hará valer enérgicamente sus derechos de autor, tal como ya ha sucedido en el pasado.

Cuando las infracciones no pueden resolverse mediante el diálogo y la razón, el Fondo Anne Frank emprende acciones legales para proteger sus derechos. Si es necesario, el Fondo no dudará en llevar el caso a los tribunales. Quien haya infringido estos derechos deberá cesar inmediatamente toda actividad infractora e indemnizar los daños y perjuicios. Estos recursos son destinados también a fines benéficos. En muchos países, además, se deberá compensar al Fondo Anne Frank por los costes judiciales (por ejemplo, los honorarios de los abogados), que pueden llegar a ser considerables. En algunas jurisdicciones, como la de los Estados Unidos, los infractores de los derechos de autor pueden estar obligados a pagar una indemnización por daños y perjuicios que puede ascender a 150.000 dólares por infracción.

Junto con Otto Frank, el Fondo Anne Frank ha otorgado derechos y licencias a editoriales, productores y otros socios de todo el mundo. El Fondo Anne Frank protege esos derechos otorgados y vigentes con el objetivo explícito de preservar una obra frágil, con un alto nivel de autenticidad e integridad, y defenderla de todo uso indebido. Además, el estado de derecho regula la protección de la propiedad. Por lo general, el Fondo Anne Frank emprende acciones contra las infracciones.

El Fondo Anne Frank asesora en las solicitudes de licencias y ayuda a esclarecer dudas o preguntas en torno a los derechos de autor, el uso del material de archivo, el tratamiento de las historias familiares y la utilización de fotografías y documentos. Las consultas no tienen ningún costo.

Efectivamente, hay muchas instituciones privadas en todo el mundo, por ejemplo, en ciudades como Ámsterdam, Londres, Berlín, Fráncfort y Nueva York, que llevan el nombre de Anne Frank. El Fondo Anne Frank colabora estrechamente con muchas de ellas, en particular en el ámbito de la educación, aportando subvenciones, materiales o derechos de uso. En Fráncfort, el Fondo Anne Frank ha creado recientemente el Centro Familia Frank junto con la Ciudad de Fráncfort y el Museo Judío de la ciudad de Fráncfort. Allí están a disposición del público los archivos de las antiguas familias Frank, Elias, Stern y Kahn de Fráncfort, todos ellos antepasados de Anne Frank. Al mismo tiempo, Otto Frank autorizó explícitamente a una sola organización para ocuparse del patrimonio familiar y la difusión de las obras, y antes de morir determinó que solo el Fondo Anne Frank de Basilea difundiera y utilizara programáticamente el Diario de Anne Frank. En su carácter de único heredero, el Fondo Anne Frank es el único propietario de los derechos y el titular de las licencias en el mundo. Por lo tanto, está obligado a cumplir sus obligaciones de acuerdo a la voluntad de su fundador y a sus estatutos.