El lunes 14 de junio de 2021 se inauguró en una sentida ceremonia la plaza Anne Frank, ubicada en la zona residencial de Erlenmatt, Basilea.
Los vínculos de la familia de Anne Frank con la ciudad a orillas del Rin eran múltiples. Por un lado, en la década de 1930, Leni, la hermana de Otto Frank, se mudó con su esposo Erich Elias por motivos laborales de Fráncfort a Basilea, donde crecieron sus hijos Stephan y Bernhard (Buddy). Otto y Edith Frank los visitaban siempre con sus hijas Margot y Anne. Después de perder a toda su familia en la guerra, Otto Frank se trasladó a Basilea; más tarde se instaló en el suburbio de Birsfelden.
Por eso no sorprende que ya 21 años atrás Buddy Elias solicitara a la ciudad de Basilea una plaza dedicada a su prima Anne Frank. Lo que por diferentes motivos tardó mucho tiempo por fin se hizo realidad, aunque lamentablemente Buddy Elias no alcanzó a ver cumplido su deseo, ya que falleció en 2015.
La plaza Anne Frank es un popular punto de encuentro y lugar de juegos para niños y jóvenes en la nueva zona residencial de Erlenmatt, algo que no solo Anne Frank habría apreciado, sino que también se corresponde con las ideas y la visión de su padre. De la inauguración participaron la actual Consejera Municipal y su sucesor, quien oficialmente inició los trámites para el nombramiento, así como otros dos representantes de las autoridades de Basilea y cuatro representantes del Fondo Anne Frank. Entre estos últimos estaba Gerti, la viuda de Buddy Elias, que con manifiesta alegría echó una mano cuando se descubrió la placa. También contribuyeron alumnos de tercer curso de escuela secundaria con una importante parte del programa. Los alumnos y alumnas expusieron con emotivas palabras aquello que les había impresionado especialmente del Diario de Anne Frank y explicaron los motivos. Esa fue la prueba más bella de lo que la consejera Stephanie Eymann, presidenta del Departamento de Seguridad de Basilea, dijo en su nutrido discurso: que el Diario de Anne Frank es una lectura obligatoria imprescindible no solo para sensibilizar contra el antisemitismo, la segregación y el racismo sino también para adoptar como guía propia el optimismo que, pese a todo, Anne Frank irradiaba.
El Fondo Anne Frank se alegra profundamente de que la ciudad de Basilea, el lugar donde Otto Frank, en 1963, diecisiete años antes de morir, instituyó al fondo como su único heredero, tenga ahora una plaza que lleva el nombre de su famosa hija.